miércoles, 9 de abril de 2014

Reflexiones sobre el "sobrediagnóstico" del TDAH

Después de la lectura de varios artículos, recoger comentarios de compañeros de los colegios y de reflexionar profundamente, creo firmemente que no existe un sobrediagnóstico de este trastorno.
Cuando se usa el término sobrediagnóstico para referirse a que hoy en día se conocen muchos más casos de TDAH y que es una realidad que en cada colegio existan varios casos, debo responder lo siguiente:

-Me parece más adecuado el término "sobreetiquetado" en vez de usar el sobrediagnóstico. Con esto, me refiero a que a cada niño que se mueva un poquito más que el resto y resulte inquietante o a cada niño que preste menos atención en las clases que el resto de compañeros, enseguida se le etiqueta como niño con TDAH. Es muy frecuente escuchar entre los profesores y los mismos padres que este o aquél niño tiene TDAH. " Es que lo tiene que tener, porque mira como se mueve/que inquieto/no para/no atiende/está siempre en la luna..." Pero no todo niño que se mueva o no atienda tiene que tener un diagnóstico. El moverse, la inquietud, la falta de atención en determinados momentos, el abstraerse... son características de la infancia, a las que no hay que dar demasiada importancia ni empezar a preocuparse sin un motivo realmente justificado. Tal y como comenta el pediatra Francisco Jimenez en el artículo "Expertos alertan del sobrediagnóstico en niños del trastorno de déficit de atención e hiperactividad" publicado en infosalus.com: "Estos síntomas, que en menor grado son comunes en la mayoría de los niños, alcanzan en este caso una intensidad suficiente para alterar la vida de un niño". Es decir, a la hora del diagnóstico se observan ciertos comportamientos que aparecen en un grado severo.

-Los diagnósticos de TDAH los tiene que realizar un equipo de profesionales, siguiendo un determinando protocolo, atendiendo a ciertos criterios diagnósticos, por lo que si el resultado es que el niño tiene TDAH será porque realmente se han cumplido los requisitos y procedimientos. Cuando recibamos un diagnóstico sobre alguno de nuestros niños o alumnos, es importante verificar el centro que ha llevado a cabo las pruebas y las conclusiones para poder actuar profesionalmente.

-No es que exista un sobrediagnóstico, es que antes los profesionales carecían de criterios diagnósticos claros y muchos de los que hoy son adultos se hubieran beneficiado mucho de un tratamiento psicológico y psicopedagógico (médico incluso), si cuando eran niños hubiesen sido correctamente diagnosticados.

Por último, me gustaría comentar que, ante signos de alarma detectados por los maestros de infantil y primeras etapas de primaria, se debería indagar seriamente y derivar a los profesionales pertinentes para realizar un estudio. La falta de atención o el excesivo movimiento se pueden deber a muchas razones (algunas muy simples de averiguar y otras más complejas): falta de sueño, problemas con algún hermano o compañero, problemas familiares, problemas emocionales, depresión, ansiedad, preocupación por alguna cosa, ambiente sobrecargado, el tiempo, época del año, cansancio...

Hagámoslo por nuestros alumnos. No etiquetar. Hablar con ellos si algo nos preocupa a los maestros. Consultar a profesionales. Formarnos en habilidades y estrategias adecuadas que podamos llevar a cabo como maestros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario