Después de la lectura de varios artículos, recoger comentarios de
compañeros de los colegios y de reflexionar profundamente, creo
firmemente que no existe un sobrediagnóstico de este trastorno.
Cuando se usa el término sobrediagnóstico para referirse a que hoy en
día se conocen muchos más casos de TDAH y que es una realidad que en
cada colegio existan varios casos, debo responder lo siguiente:
-Me parece más adecuado el término "sobreetiquetado" en vez de usar
el sobrediagnóstico. Con esto, me refiero a que a cada niño que se mueva
un poquito más que el resto y resulte inquietante o a cada niño que
preste menos atención en las clases que el resto de compañeros,
enseguida se le etiqueta como niño con TDAH. Es muy frecuente escuchar
entre los profesores y los mismos padres que este o aquél niño tiene
TDAH. " Es que lo tiene que tener, porque mira como se mueve/que
inquieto/no para/no atiende/está siempre en la luna..." Pero no todo
niño que se mueva o no atienda tiene que tener un diagnóstico. El
moverse, la inquietud, la falta de atención en determinados momentos, el
abstraerse... son características de la infancia, a las que no hay que
dar demasiada importancia ni empezar a preocuparse sin un motivo
realmente justificado. Tal y como comenta el pediatra Francisco Jimenez en el artículo "Expertos alertan del sobrediagnóstico en niños del trastorno de déficit de atención e hiperactividad" publicado en infosalus.com: "Estos síntomas, que en menor grado son comunes en la mayoría de los
niños, alcanzan en este caso una intensidad suficiente para alterar la
vida de un niño". Es
decir, a la hora del diagnóstico se observan ciertos comportamientos que
aparecen en un grado severo.
-Los diagnósticos de TDAH los tiene que realizar un equipo de
profesionales, siguiendo un determinando protocolo, atendiendo a ciertos
criterios diagnósticos, por lo que si el resultado es que el niño tiene
TDAH será porque realmente se han cumplido los requisitos y
procedimientos. Cuando recibamos un diagnóstico sobre alguno de nuestros
niños o alumnos, es importante verificar el centro que ha llevado a
cabo las pruebas y las conclusiones para poder actuar profesionalmente.
-No es que exista un sobrediagnóstico, es que antes los profesionales carecían de criterios
diagnósticos claros y muchos de los que hoy son adultos se hubieran
beneficiado mucho de un tratamiento psicológico y psicopedagógico
(médico incluso), si cuando eran niños hubiesen sido correctamente
diagnosticados.
Por último, me gustaría comentar que, ante signos de alarma
detectados por los maestros de infantil y primeras etapas de primaria,
se debería indagar seriamente y derivar a los profesionales pertinentes
para realizar un estudio. La falta de atención o el excesivo movimiento
se pueden deber a muchas razones (algunas muy simples de averiguar y
otras más complejas): falta de sueño, problemas con algún hermano o
compañero, problemas familiares, problemas emocionales, depresión,
ansiedad, preocupación por alguna cosa, ambiente sobrecargado, el
tiempo, época del año, cansancio...
Hagámoslo por nuestros alumnos. No etiquetar. Hablar con ellos si
algo nos preocupa a los maestros. Consultar a profesionales. Formarnos
en habilidades y estrategias adecuadas que podamos llevar a cabo como
maestros.
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